
Instantáneas robadas al tiempo
Callejones que susurran, miradas que se evaporan al primer contacto, gestos que valen mil silencios. Esta no es una galería: es un asalto visual. Las fotos no se toman, se arrebatan. Nacieron en las trincheras digitales de Flickr y ahora guerrean aquí, en su cuartel general, lejos del ruido que producen los parpadeos.
—¿Te arañan la retina? Buen síntoma.
—¿Te dejan indiferente? Mejor aún.
Esto no es un museo: es un campo de batalla donde el arte no pide perdón ni da explicaciones.
Aquí no hay poses ni postureo. Solo segundos secuestrados, emociones en crudo y la belleza salvaje de lo que nadie ve (pero todos ignoran).
Cada imagen es un puñetazo en formato JPEG:
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Un reflejo en un charco que dura menos que un like.
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Una sonrisa robada a un extraño que ya no recordarás.
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La luz rebelde que se cuela por la rendija de lo ordinario.
No persigo historias. Persigo fantasmas congelados en píxeles. Bienvenido al lado sucio del visor donde las reglas las pone el instinto, no el Photoshop.











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